lunes, 20 de junio de 2016

Reformas, a la orden del día

Nota Sabater reparación de calzados




Roberto López, de Sabater, reparación de calzado, que hace 2 años y medio tiene un local cerca del centro, asegura que “siempre en otoño-invierno tenemos mucho trabajo”.
En ese sentido, su señora, Cristina, aseveró que “hay gran cantidad de demanda, incluso trabajamos con clientes de la zona, y estamos tomando alrededor de 40 trabajos por día”.
Roberto y Cristina, además de realizar, con la ayuda de su hijo, los arreglos más comunes de cambios de suela, tapas y costuras, se dedican a la renovación total de calzado de temporadas antiguas, especialmente botitas y botas, pero también zapatillas.
“Muchas veces a uno le queda una bota de buena calidad, en buenas condiciones, pero con un formato antiguo y a la persona le conviene hacerle una reforma que guardarlas y comprar un par nuevo”. Y ejemplificó que hay muchas cosas que se pueden hacer, desde reformar tipos de tacos, suela completa, cambiar redondear puntas -por ejemplo de stilettos muy pronunciados- acortar o alargar la caña, teñir, etc.”.
“Cada trabajo es único, no se hace en serie y las posibilidades de recuperar un calzado son muchísimas, claro que conviene si es de buena calidad” indicó.
En ese sentido, calculó que “por el 50 por ciento del valor de un calzado de mediana calidad nuevo, se puede reformar como a nuevo una bota, por ejemplo, con modificación de caña, de suela y reforma de la punta, incluso, modernizarla”. En tanto, Cristina apuntó que “con las zapatillas, hay mucho que se puede hacer, se pueden recuperar las puntas, las partes del talón que son las que más se rompen, cambiar las bases -a veces se parten-“.
La imitación del cuero
Hay mucho trabajo en lo de Roberto y Cristina. Por eso lamentan que, a veces algunos clientes dejan el calzado para arreglar y nunca los pasan a buscar. Eso, además del tiempo y el costo de los arreglos, hacen que deban cobrar seña para aceptar el trabajo. “Tengo un altillo lleno de arreglos que nunca vinieron a buscar” contó Roberto y reconoció que “la seña -al menos el 50%- es una garantía, porque cada trabajo lleva tiempo y materiales”.
El zapatero, que además de este local que tiene hace dos años y medios, ha tenido otros en distintos barrios de la ciudad y que ha trabajado en el rubro también en España y en La Florida.
Por otra parte reconoció que en los últimos tiempos, el surgimiento de nuevos materiales alternativos e imitaciones de cuero “que parecen iguales”, genera desafíos y problemas. “Hay materiales sintéticos que, a la vista y si uno no es experto, pasan por cuero, pero no lo son. Algunos son mejores que otros, pero tienen vencimiento.
Cuando pasa cierto tiempo y uso, se van degradando, se les forman ampollitas, o se desintegran. Trabajos con calzado de ese material no podemos tomar, porque ¿cómo le explicamos al cliente?”, señaló.

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